Gonzalo Borrás ha analizado este miércoles, 6 de marzo, en el Campus de Huesca, la nueva mirada sobre la arquitectura que introdujo el arquitecto y crítico italiano Bruno Zevi en la segunda mitad del siglo XX. Borrás, historiador del arte de la Universidad de Zaragoza, participaba en una nueva sesión de El Club de la Palabra, que se centraba en el libro de Zevi Saber ver la arquitectura, obra que situó el espacio interior de las edificaciones como eje para el análisis de esta creación artística. El acto, abierto al público, tenía lugar a partir de las 13 horas, en la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación (Calle Valentín Carderera, 4).
Saber ver la arquitectura, una obra que Borrás ha elegido para este coloquio del ciclo Leer entre líneas, por el importante impacto que tuvo entre los historiadores del arte en España a principios de los 70, abre las puertas a una interpretación de la arquitectura con el espacio interior como elemento fundamenta y diferenciador frente a la escultura o la pintura. El libro de Zevi, publicado por primera vez en castellano en 1951, en Argentina, tuvo un gran impacto entre los historiadores españoles en los años 70, indicaba Borrás antes del coloquio. Y en concreto, precisaba, Saber ver la arquitectura fue una obra clave en el cambio en la interpretación del arte que se da en torno a 1972. El libro marca un punto de inflexión, un antes y un después, abriendo la puerta a la superación de un análisis formalista, basado en los estilos artísticos o en las técnicas constructivas. Su punto de partida es que la arquitectura, como obra de arte, se halla necesitada de una interpretación específica, considerándola la gran olvidada de la crítica, que sólo concedía una atención especial a los lenguajes de la pintura y de la escultura.
A principios de los años 70 se está dando un proceso de renovación de la universidad española con una nueva generación de profesores, que en muchos casos de forma bastante autodidacta, alejándose de lo que les habían enseñado en las facultades, y buscando sus propias fuentes, abrirán nuevos caminos, relata el ponente. Jaime Brihuega, Valeriano Bozal o Paco Calero, son algunos de los profesores que reciben ese influjo, entre los que también está un grupo de historiadores de la Universidad de Zaragoza, con nombres como María Isabel Álvaro o Juan Francisco Esteban, además del propio Borás. Precisamente estos tres autores publicaron conjuntamente obras que continúan la línea abierta por Zevi, como Saber ver el arte o su Introducción general al arte.
Para Zevi, la arquitectura cuando compone muros y fachadas actúa en dos dimensiones, con valores artísticos propios de la pintura. También se expresa, como la escultura, mediante volúmenes, cuando articula todo el conjunto exterior del edificio. La verdadera esencia de la arquitectura, que la diferencia de la pintura y de la escultura, es el espacio interior, en el cual el hombre vive y se mueve; la arquitectura para ser comprendida y vivida requiere el tiempo de recorrerla, la cuarta dimensión, escribe Borrás. La obra de Zevi también contribuirá a cambiar la mirada del urbanismo, al ver los edificios como delimitadores del espacio externo.
A pesar de ello, la consideración de una obra arquitectónica no se agota en absoluto con su valor espacial, precisa Borrás, éste es el primer paso necesario para todas las demás interpretaciones de la arquitectura: sociales, intelectuales, económicas, técnicas, estilísticas, funcionales y simbólicas.
Bruno Zevi (Roma, 1918-2000), fue arquitecto, crítico e historiador de laArquitectura. En 1938 se vio obligado a emigrar de Italia a causa de la legislación antisemita del régimen fascista de Mussolini, graduándose en la universidad norteamericana de Harvard. Allí se interesó por la arquitectura del movimiento moderno y en especial por la obra de Frank Lloyd Wright, convirtiéndose en un decidido impulsor de la arquitectura orgánica de éste último. A partir de 1945 regresa a su país impartiendo clases en las universidades de Venecia y de Roma, donde desatacaría como intérprete de la arquitectura.
Saber ver la arquitectura, la obra básica del arquitecto y profesor italiano, tuvo su primera edición en italiano en 1948, y en español en 1951. En dos décadas llegaría a tener ocho y cinco ediciones, respectivamente, en esos dos idiomas.