Cerca de 50 alumnos reciben un curso gratuito de Tecnologías Apropiadas para el Desarrollo Humano en Cooperación Internacional que han organizado la Cátedra de Cooperación para el Desarrollo de la Universidad de Zaragoza y la ONG Ingeniería Sin Fronteras (ISF), con sede en la Escuela de Ingeniería y Arquitectura.
El curso se impartirá en el Edificio Betancourt del Campus Río Ebro hasta el próximo mes de mayo. Los miércoles se realizarán seminarios teóricos y prácticos sobre el estado de la cooperación en el mundo y las desigualdades que se producen dependiendo del nivel de desarrollo y del acceso a la energía, al agua, a la educación, a la salud o a las nuevas tecnologías.
Los profesores del curso, de la Universidad de Zaragoza y miembros de ISF, abordarán cuestiones primordiales para trabajar en la cooperación como el conocimiento del consumo de los recursos naturales que se produce en el mundo, la producción industrial mundial, la concentración de CO2 en la atmósfera, la evolución de la temperatura media de la tierra o la huella ecológica del ser humano. El abastecimiento y el saneamiento también serán temas principales del temario que se centrará en los diferentes sistemas energéticos y en algunos casos prácticos.
El curso gratuito de 30 horas lectivas pretende introducir al alumno en los conceptos de cooperación para el desarrollo, así como presentarle las posibilidades de desarrollo humano que se abren a través de la aplicación de la ingeniería y de las diferentes tecnologías. Los alumnos descubrirán también cuáles son las claves de la sostenibilidad en un proceso de cooperación.
Durante los talleres, los alumnos aprenderán a construir un biodigestor, un contendeor cerrado, hermético e impermeable dentro del cual se deposita material orgánico para fermentar y producir gas metano y fertilizantes orgánicos, disminuyendo así el potencial contaminante de los excrementos.
En otro de los talleres, los estudiantes conocerán cómo se construye un muro trombe, un sistema de captación solar pasivo que no tiene partes móviles y que no necesita casi ningún mantenimiento. Esta alternativa propone potenciar la energía solar que recibe un muro y así convertirlo en un sencillo sistema de calefacción. Su componente principal es una pared orientada hacia la posición del sol más favorable a lo largo del día al norte en el hemisferio sur y al sur en el hemisferio norte y construida con materiales como el hormigón, la piedra o el adobe, que le permitan absorber el calor como masa térmica.