17/6/2021

INVESTIGACIÓN Y TRANSFERENCIA

Un 70% de los escolares de Huesca usan métodos de desplazamiento activo y sostenible para ir al colegio

Investigadores del Campus de Huesca hacen propuestas de intervención para reducir el 30% restante que acude en coche al aula a partir de la prospección realizada dentro del programa Capas-Ciudad

El objetivo es avanzar hacia un modelo de ciudad más sostenible, activa y saludable

Solo un 15% del alumnado prefiere ir a la escuela en coche
El 30% de los niños y niñas de Huesca van en coche al colegio, frente a un 69% de los escolares de la ciudad que acuden caminando a las aulas y un 1% que lo hace en bicicleta. Estos son algunos de los datos recogidos por investigadores del Campus de Huesca de la Universidad de Zaragoza en el marco del programa transfronterizo Capas-Ciudad, desarrollado, durante tres años en la capital altoaragonesa y en Tarbes, con el objetivo de mejorar la calidad de vida a través de la actividad física.
 
Once colegios de Huesca y 1129 niños y niñas de 4º, 5º y 6º de primaria participaron en la prospección realizada sobre esta cuestión, de la que los especialistas universitarios extraen análisis y propuestas para reducir ese 30% que no usa métodos de desplazamiento activo, convencidos de que hay margen de mejora. El objetivo es que la ciudadanía adquiera hábitos positivos para su salud y que la ciudad sea más sostenible y saludable reduciendo las 25 toneladas de CO2 anuales que generan esa movilidad escolar en vehículo privado en la capital altoaragonesa según cálculos de los autores del estudio.
 
Del trabajo, que ha sido desarrollado por los profesores Javier Zaragoza, Alberto Aibar, Ana Corral, José Antonio Julián y Eduardo Ibor, se deduce que solo un 15% del alumnado prefiere ir a la escuela en coche. Por el contrario un 45% desea hacerlo caminando y un 40% en bicicleta. Sin embargo, señalan los autores, determinadas barreras, familiares o del entorno, impiden que esas preferencias se concreten. Se trata, ejemplifican, de barreras sociales (“otros niños no van andando”), de planificación (“van demasiado cargados”), de seguridad (“son peligrosos los cruces”) o causadas por carencias de infraestructura (“No hay carriles bici o están en mal estado”).
 
Entre los factores que facilitan que los menores realicen desplazamientos de forma activa los investigadores detectan algunos que dependen de las capacidades de los propios niños y niñas. Por supuesto tener más deseo de andar o ir en bicicleta facilitará que eso ocurra realmente, lo que implica atender los elementos que favorecen la motivación y la intención. Y esta es mayor si los menores tienen un mayor grado de autonomía, señalan. También el hecho de que sientan  que tienen suficientes habilidades y conocimientos para tener la situación bajo control y sentirse competentes en estas formas de desplazamiento lo facilita. A ello también contribuyen los elementos del ambiente: “una ruta más segura, con más zonas verdes, con menos cruces y menor densidad de viviendas ayuda a los niños a sentirse más competentes para desplazarse activamente”, explican los autores.
 
La distancia entre la vivienda y el colegio es otro factor que influye de forma importante. Y aquí el estudio encuentra una diferencia importante entre las escuelas públicas y las concertadas. En las primeras solo un 15% de los desplazamientos se realiza en coche, frente a un 40% en las privadas con concierto. Se da la circunstancia de que la distancia media para ir a clase es de casi un kilómetro en estas últimas, mientras en las públicas se reduce a algo más de la mitad.
 
En consecuencia, para fomentar el desplazamiento activo, los investigadores del Campus oscense creen necesario crear sinergias entre los responsables políticos y educativos que permitan actuaciones eficaces tanto en el plano individual, como en el ámbito interpersonal, familiar o comunitario. En esa línea consideran que mejorar infraestructuras –entre ellas los carriles bici–, incidir en los aspectos de seguridad o mejorar las habilidades y competencias del alumnado pueden ser algunas de las claves sobre las que diseñar estrategias de intervención en la ciudad.
 
Programas como la Ciudad de las Niñas y los Niños, que impulsan el Campus universitario y el Ayuntamiento, o el propio Capas-Ciudad, del que ambas entidades son también promotoras, han contribuido a sensibilizar y dar pasos en este sentido.
 
Concretamente Capas-Ciudad, proyecto europeo de cuyo trabajo se extraen estas conclusiones, ha contado durante su vigencia con una línea de actuación específica sobre “desplazamiento activo al centro escolar”, con una parte de evaluación diagnóstica y otra de intervención junto a los colegios. La promoción de la actividad física en adolescentes y en poblaciones desfavorecidas han sido otros de los ejes de esta iniciativa.
 
 
 
Se adjunta infografía con datos del estudio.

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