CULTURA, POLÍTICA SOCIAL Y DEPORTE
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Rostros, una exposición que afronta el cáncer desde el arte
Hace cuatro años a la artista Dorota Januszek, profesora de la Universidad de Bellas Artes de Pozna?, Polonia, especializada en diseño industrial, le detectaron un glioblastoma en el cerebro y logró cualificarse para recibir terapia de protones. Los protones se aceleran a velocidades de hasta un 60 % de la velocidad de la luz y energías de hasta 250 millones de voltios y se dirigen hacia lugares precisos del cuerpo donde entregan la energía necesaria para destruir las células tumorales. Para no dañar las partes sanas del cerebro se fabrican unas máscaras para inmovilizar el paciente durante el procedimiento.
Estas máscaras no suelen salir de los hospitales, sin embargo, como dice Dorota Januszek, “se convierten en una huella espacial del momento de iniciar el tratamiento. Estas son las huellas de las emociones que uno siente mientras está acostado, esperando una dosis de radiación. Esperanza, miedo, tristeza, alegría, ansiedad, terror, agencia, coraje, fuerza, pequeñez, fascinación, incomprensión, arrepentimiento, pérdida, soledad: todas estas emociones se pueden buscar en las máscaras expuestas." Máscaras que acompañan en el camino de vuelta hacia la salud.
En la presente exposición muestra objetos que en origen no fueron creados como obra artística. Sin intención de emocionar y sin aspiraciones estéticas. Objetos que una gran mayoría de personas probablemente nunca habríamos podido ver y que ahora permiten un acercamiento diferente. Éstos son el resultado de la investigación en múltiples disciplinas: Oncología, neurología, radiación, ciencia de materiales, etc. Objetos cuya funcionalidad, es decir, sus especificaciones de diseño, han definido su aspecto formal.
Esta muestra se inscribe en la tradición ya centenaria que deriva desde Duchamp y sus ready-made u objet trouvé. Con la diferencia de que los artistas, hace un siglo, usaban en sus instalaciones aquellos objetos producidos en masa, mientras que, en este caso, se presentan una serie de objetos creados dentro de un proceso repetitivo pero individualizado. De esta manera son no solo reflejos de aquellos individuos que han pasado por el tratamiento, sino también reflejos de nuestros tiempos.
La exposición se puede visitar en Espacio Ágora – edificio Betancourt de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza, del 15 al 29 de febrero, de 8 a 19 horas.