Reformas a medio gas

Nuestra facultad sigue apareciendo con frecuencia en la prensa, a cuenta de los problemas que arrastramos con la reforma del edificio.  Puede ser útil que realicemos una reflexión amplia sobre el problema.
A estas alturas no es ningún secreto que hay una falta de entendimiento entre la DGA y la Universidad de Zaragoza.  Ante los problemas de financiación con cargo a los presupuestos públicos, la Universidad ha pedido permiso para endeudarse con 9 millones de euros para poder cumplir con sus obligaciones.  Y aún contando con esta medida extraordinaria, el rector ha admitido que la universidad se encontrará en una situación “dificil” para cumplir con estas obligaciones.
Por ello, se ha puesto sobre la mesa un programa presupuestario restrictivo para intentar superar este período de crisis en la financiación de la educación superior aragonesa.  En total, para el conjunto de la Universidad de Zaragoza, el recorte de presupuesto ha sido de un 4,5%, pero en el capítulo de obras este recorte ha llegado al 33%, seguramente dado el carácter de gasto no corriente de esta partida.  Como ya comentábamos, también desaparecen algunas asignaturas o módulos con muy baja matrícula, a la vez que existe un proceso de fusión de varios centros ligado a la aplicación del EEES.  La misma crisis en los presupuestos ralentizará la aplicación del modelo de educación superior europeo delineado en la Declaración de Bolonia.  También está la otra cara de la moneda, la de una Universidad que en período de crisis no duda en mantener su ambicioso programa de becas y ayudas al estudio (consolidándolo en los 600.000 € de los últimos dos años), y que aumenta los capítulos de prevención de riesgos laborales (+11,15%) y de actividades para los estudiantes (+12,7%).
Así, a la hora de hablar de la reforma de la Facultad de Filosofía y Letras, debemos tener en cuenta esta situación general de toda universidad, ya que ésta tiene un eco directo en el desarrollo del plan de obras en nuestro centro.  La universidad ha afirmado que necesita replantear el plan de infraestructuras, dirigido a modernizar las instalaciones de varios centros.  En lo que nos toca a Filosofía y Letras, esto supone que las reformas se basarán en un presupuesto más que limitado, limitándose a lo “imprescindible”, y que no se procederá a construir el plató de TV de Periodismo durante este año.  Tampoco, como señalábamos, se intervendrá a fondo en nuestra bastante alicaída Aula Magna. Sin embargo, la universidad asume la mayoría de las reformas planteadas por la Junta de Facultad y otros órganos: aulas, despachos, pintura de las paredes, medidas de seguridad…
De nuevo las necesidades de los estudiantes de la Facultad se ven satisfechas sólo a medias.  Es necesario que la Universidad actúe con energía y plantee alternativas a corto plazo.  Por un lado, desde EDU-Filosofía y Letras creemos que se debe garantizar estas obras en el menor tiempo posible, incluídas las instalaciones ténicas necesarias para la docencia de todos los nuevos grados.  Por otro, debe establecerse un amplio programa de convenios con organizaciones públicas y privadas de nuestra comunidad.  Así, por ejemplo, los estudiantes de Periodismo podrían suplir parcialmente las deficiencias en los materiales y espacios que les ofrece la Universidad si ésta estableciera convenios de colaboración con diversos medios de comunicación de nuestra comunidad, especialmente con otro ente público como es la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión.

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