Intervención 4: Deficiencias en infraestructuras y servicios

Señor Rector, señoras y señores claustrales,

¿Qué es una universidad? El primer español en responder a esta pregunta, Alfonso X el Sabio, la definía de manera simple y certera: una universidad es “un ayuntamiento (es decir, una unión) de maestros y alumnos”. Así, sin profesores ni alumnos (y sin personal de administración y servicios), no hay universidad. Puede que esto bastara para el viejo rey, pero nosotros añadiríamos a la definición que dicha unión de profesores y alumnos necesita un lugar donde cobijarse y donde sentirse cómodos. Y, hoy en día, muchos estudiantes, y suponemos que también muchos profesores y miembros del personal de administración y servicios, no se sienten cómodos con el lugar donde estudian, trabajan e investigan. Y esto es porque existe un claro déficit de calidad tanto en espacios como en servicios.

Seamos sinceros, las mejoras son necesarias en la práctica totalidad de los centros. Las aulas actuales no se construyeron con el modelo de enseñanza definido por el Espacio Europeo de Educación Superior. Frecuentemente, los espacios están sobredimensionados para el actual tamaño de los grupos. Curiosamente, en otras ocasiones se da el fenómeno contrario, y ni siquiera cabe el grupo entero. La iluminación de las aulas no es ni práctica ni eficiente. En muchas clases en las que debes trabajar con ordenador no hay enchufes para todos o están colocados en los lugares más inaccesibles. El mobiliario de clase es francamente incómodo en la mayoría de los casos, y es rara el aula que permite un uso generalizado de portátiless. Más aún, en la mayoría de los casos es imposible el trabajo en grupo o cualquier tipo de docencia dinámica. Todo esto es grave cuando consideramos que repercute muy seriamente en nuestra capacidad de estudio. ¿Cómo nos vamos a sentir cómodos, si es de lo más normal que en nuestros centros de estudio en algunas aulas se esté a más de 27 grados en invierno mientras otras no llegan a 16? Esto es un derroche energético que debe corregirse instalando termostatos y mejorando el aislamiento. Y en la misma línea de ahorro y eficiencia, es necesario revisar las instalaciones eléctricas y de fontanería de muchos centros. Muchos servicios de la universidad desperdician litros y litros de agua por el uso ineficiente de sistemas de sensores de movimiento.

Tampoco el capítulo de los servicios es perfecto. Sería necesario crear más espacios para el deporte, y más puestos de de biblioteca y salas de estudios. Del mismo modo, el servicio de reprografía es francamente mejorable: debe aumentarse la gama de oferta, hacer más sencillo y uniforme el sistema de recepción de archivos y en muchas ocasiones renovar las máquinas ó ampliar su espacio. Debe acordarse, que como política general de la Universidad, las secretarías de los centros deberían abrir por la tarde al menos un día a la semana. Sólo así podrías empezar a hablar de conciliación entre la vida estudiantil y laboral sin que nos tener que aguantar la risa. Hoy en día, muchos, muchísimos estudiantes deben faltar a su puesto de trabajo, hacer malabarismos, para realizar hasta el más sencillo trámite en la Universidad.

Además de estos problemas comunes, endémicos, en esta institución, nos encontramos con asuntos específicos de cada centro que permanecen año tras año a pesar de las quejas de los estudiantes. Dando un paseo rápido, vemos que en el edificio Paraíso de la Facultad de Economía los asientos son sillas de tortura. En Salud y Deporte de Huesca no hay ningún ascensor ni adaptación para una persona con minusvalía a partir del primer piso. El edificio de Bellas Artes de Teruel aun no esta en funcionamiento, el de Educación de Zaragoza todavía en construcción. Filosofía y Letras sigue esperando su reforma, y los estudiantes, lectores o no de Dante, abandonan toda esperanza al entrar. En muchas bibliotecas conseguir un libro especialmente solicitado es una odisea o un milagro, y muchos centros carecen de cafetería. En la Escuela Politécnica Superior de Huesca el transporte es escaso, y su coste inasumible para muchos estudiantes. Y un largo etcétera en todos y cada uno de los centros.

Existen quejas, y los estudiantes planteamos soluciones. Queremos colaborar a la hora de mejorar los servicios e infraestructuras de una institución que también es nuestra, nosotros somos parte de esta unión de maestros y alumnos. Pero a pesar de las quejas y las propuestas, las soluciones no llegan. Queremos recordar que el año pasado Estudiantes en Defensa de la Universidad presentó una moción en la que se solicitaba la elaboración de un Plan Integral de Movilidad Sostenible, que recogiera una serie de medidas como convenios con Renfe y empresas de transporte, más diálogo con los ayuntamientos para racionalizar y mejorar el transporte público hacia los campus, y una serie de medidas adicionales para fomentar el uso de medios de transporte ecológicos y eficientes. Esta moción fue aprobada. Más tarde, en los presupuestos, presentamos una enmienda solicitando que se dotase con 643.168 € dicho plan, en la que además sugeríamos como podían liberarse recursos de otras partidas presupuestarias para este fin. Dicha enmienda fue rechazada por el Consejo de Gobierno. O bien existe otra manera de desarrollar este Plan Integral de Movilidad Sostenible sin presupuesto (y en tal caso nos gustaría saber cómo y, sobre todo, cuándo), o bien el Consejo de Gobierno hace oídos sordos a las decisiones de este claustro sin dar explicaciones. Un año más tarde seguimos reivindicando el cumplimiento de esta moción.

Puede que en la Edad Media una universidad fueran un puñado de maestros, un centenar de alumnos, y una o dos estanterías de libros. Pero hoy en día los estudiantes pedimos más. Puede que seamos exigentes, pero pedimos cosas razonables: un lugar cómodo donde estudiar, y los servicios necesarios para ello. Somos conscientes de que corregir todos los problemas de infraestructuras y servicios es complicado, y que no siempre se dispone de los recursos suficientes para ello. Sin embargo, muchas propuestas de las que hemos citado apenas suponen firmar un convenio o realizar una pequeña inversión, y en muchos casos supondrían un claro ahorro a medio y largo plazo. Por ello, instamos al equipo rectoral a:

- Realizar un plan integral de infraestructuras y servicios a nivel de toda la Universidad que cuente con la participación de los estudiantes.

- Instar a los equipos de dirección de las facultades y escuelas a realizar un plan de infraestructuras en sus centros que cuente con la opinión de los estudiantes.

- Cumplir con la moción de transporte aprobada por el claustro el año pasado.




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