El siguiente bloque de preguntas está referido a la Universidad en su conjunto, lo que representa para la sociedad aragonesa; la descentralización y las infraestructuras que la componen.
Desde aquí queremos agradecer la propuesta de pregunta de nuestra seguidora en Twitter @estefansenlared que, si bien no hablamos directamente de privatizaciones y externalizaciones, el tema está bastante presente en el bloque.
Desde aquí queremos agradecer la propuesta de pregunta de nuestra seguidora en Twitter @estefansenlared que, si bien no hablamos directamente de privatizaciones y externalizaciones, el tema está bastante presente en el bloque.
1.- Podría ordenar de mayor a menor las cinco infraestructuras más necesarias en la Universidad de Zaragoza. ¿Estaría dispuesto a ceder en materia de autonomía universitaria y conceder la gestión de estas obras al Gobierno de Aragón?
Hemos dicho que existen dos ámbitos prioritarios en materia de infraestructuras. El primero, que consideramos de emergencia, es la intervención en la Facultad de Filosofía y Letras; el otro es la planificación y programación de las infraestructuras del Campus de Huesca, no iniciadas ni concluidas excepto en el edificio del Vicerrectorado y el Pabellón. Con ello no se agotan las necesidades de infraestructuras pues, como es obvio y hemos igualmente señalado, ha de concluirse la Facultad de Educación y existen centros que demandan más espacios, como la EU de Ciencias de la Salud o la Facultad de Ciencias Sociales y del Trabajo. Ha de realizarse una planificación y programación global de infraestructuras, negociar la forma de financiarlas y, especialmente, cumplir lo programado y pactado.
La licitación de obras no afecta a la autonomía universitaria. Sí su planificación, concreción de programas de necesidades y/o proyectos y su seguimiento, a los que no renunciaremos nunca.
2.- ¿Bajo qué supuestos estaría dispuesto a aceptar duplicidades entre las titulaciones que se imparten en los campus periféricos y las que se imparten en la Universidad San Jorge?
Cuando no determine una competencia desleal al proyecto de Universidad pública para Aragón o la total ineficiencia de los recursos públicos asignados a ésta. Entendemos que así ocurrirá cuando nuestra Universidad, en el marco del proceso de descentralización, haya implantado titulaciones en campus territoriales. El Gobierno debería meditar muy detenidamente sus decisiones en estos supuestos. Celebramos, por ello, la decisión adoptada respecto del Grado en Psicología y, aunque no compartimos la decisión relativa a Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, pensamos que nuestro Centro tiene capacidad, fuerza y prestigio suficiente para competir.
Ambas universidades, pública y privada, deben convivir armónicamente en el sistema universitario aragonés y corresponde al Gobierno velar por ello. Carece de sentido, a nuestro juicio, impulsar una política de descentralización territorial de la Universidad pública para autorizar las mismas titulaciones en la Universidad privada.
3.- ¿Bajo qué supuestos estaría dispuesto a absorber a los centros actualmente adscritos a la Universidad de Zaragoza?
Es una cuestión compleja, que ha de analizarse académica y financieramente, resolviendo los problemas de integración del personal de manera adecuada (como ya se hizo hace años con otros centros integrados, no sin problemas legales) y, ante todo, contando con los centros a integrar y los centros propios de nuestra Universidad. A partir de ahí, es difícil concretar más dados los términos genéricos de la cuestión planteada.
4.- En caso de conflictos entre campus y/o centros (titulaciones, recursos, departamentos…), ¿cómo los dirimirá?
Dependerá del tipo de conflictos. En abstracto es muy difícil, si no imposible, concretar más las respuesta dada la amplitud y abstracción de la pregunta. En todo caso, hemos reiterado en repetidas ocasiones que no creemos en una estructura de gobierno que, como la actual, potencia las decisiones desde el Rectorado minusvalorando el papel de Centros y Departamentos. Creemos en un modelo distinto, basado en el principio de subsidiariedad, conforme al cual las decisiones han de ser adoptadas por el nivel de gestión y decisión más cercano posible. El Rectorado debe ayudar, eliminar obstáculos y rigideces, pero no suplantar a otras unidades u órganos administrativos que pueden decidir con mayor criterio y más eficazmente. Planteamos en este contexto, y así figura en nuestro programa, la redefinición y concreción de las funciones de las unidades básicas que conforman la Universidad.
5.- ¿Cómo abordará las deficiencias de material en las prácticas que afrontamos los estudiantes (plató TV para Periodismo, laboratorios, ordenadores…)?
Es un ejemplo magnífico de lo que proponemos. La cercanía al estudiante, al profesor o al profesional de gestión o de servicios permite conocer mucho mejor y más rápidamente sus necesidades de todo orden. Con una evaluación global de necesidades que nazca de los niveles de gestión más cercanos a las mismas podemos mejorar la calidad de los servicios que prestamos. Son los centros y departamentos los que han de evaluarlas en primer lugar y, en función de lo que planteen, el Rectorado deberá asignar recursos. Hemos planteado, en la medida de lo posible y cuando tengamos acceso pleno al presupuesto, afrontar una reorganización de éste para conferir un mayor margen de maniobra a los Centros.
Hemos dicho que existen dos ámbitos prioritarios en materia de infraestructuras. El primero, que consideramos de emergencia, es la intervención en la Facultad de Filosofía y Letras; el otro es la planificación y programación de las infraestructuras del Campus de Huesca, no iniciadas ni concluidas excepto en el edificio del Vicerrectorado y el Pabellón. Con ello no se agotan las necesidades de infraestructuras pues, como es obvio y hemos igualmente señalado, ha de concluirse la Facultad de Educación y existen centros que demandan más espacios, como la EU de Ciencias de la Salud o la Facultad de Ciencias Sociales y del Trabajo. Ha de realizarse una planificación y programación global de infraestructuras, negociar la forma de financiarlas y, especialmente, cumplir lo programado y pactado.
La licitación de obras no afecta a la autonomía universitaria. Sí su planificación, concreción de programas de necesidades y/o proyectos y su seguimiento, a los que no renunciaremos nunca.
2.- ¿Bajo qué supuestos estaría dispuesto a aceptar duplicidades entre las titulaciones que se imparten en los campus periféricos y las que se imparten en la Universidad San Jorge?
Cuando no determine una competencia desleal al proyecto de Universidad pública para Aragón o la total ineficiencia de los recursos públicos asignados a ésta. Entendemos que así ocurrirá cuando nuestra Universidad, en el marco del proceso de descentralización, haya implantado titulaciones en campus territoriales. El Gobierno debería meditar muy detenidamente sus decisiones en estos supuestos. Celebramos, por ello, la decisión adoptada respecto del Grado en Psicología y, aunque no compartimos la decisión relativa a Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, pensamos que nuestro Centro tiene capacidad, fuerza y prestigio suficiente para competir.
Ambas universidades, pública y privada, deben convivir armónicamente en el sistema universitario aragonés y corresponde al Gobierno velar por ello. Carece de sentido, a nuestro juicio, impulsar una política de descentralización territorial de la Universidad pública para autorizar las mismas titulaciones en la Universidad privada.
3.- ¿Bajo qué supuestos estaría dispuesto a absorber a los centros actualmente adscritos a la Universidad de Zaragoza?
Es una cuestión compleja, que ha de analizarse académica y financieramente, resolviendo los problemas de integración del personal de manera adecuada (como ya se hizo hace años con otros centros integrados, no sin problemas legales) y, ante todo, contando con los centros a integrar y los centros propios de nuestra Universidad. A partir de ahí, es difícil concretar más dados los términos genéricos de la cuestión planteada.
4.- En caso de conflictos entre campus y/o centros (titulaciones, recursos, departamentos…), ¿cómo los dirimirá?
Dependerá del tipo de conflictos. En abstracto es muy difícil, si no imposible, concretar más las respuesta dada la amplitud y abstracción de la pregunta. En todo caso, hemos reiterado en repetidas ocasiones que no creemos en una estructura de gobierno que, como la actual, potencia las decisiones desde el Rectorado minusvalorando el papel de Centros y Departamentos. Creemos en un modelo distinto, basado en el principio de subsidiariedad, conforme al cual las decisiones han de ser adoptadas por el nivel de gestión y decisión más cercano posible. El Rectorado debe ayudar, eliminar obstáculos y rigideces, pero no suplantar a otras unidades u órganos administrativos que pueden decidir con mayor criterio y más eficazmente. Planteamos en este contexto, y así figura en nuestro programa, la redefinición y concreción de las funciones de las unidades básicas que conforman la Universidad.
5.- ¿Cómo abordará las deficiencias de material en las prácticas que afrontamos los estudiantes (plató TV para Periodismo, laboratorios, ordenadores…)?
Es un ejemplo magnífico de lo que proponemos. La cercanía al estudiante, al profesor o al profesional de gestión o de servicios permite conocer mucho mejor y más rápidamente sus necesidades de todo orden. Con una evaluación global de necesidades que nazca de los niveles de gestión más cercanos a las mismas podemos mejorar la calidad de los servicios que prestamos. Son los centros y departamentos los que han de evaluarlas en primer lugar y, en función de lo que planteen, el Rectorado deberá asignar recursos. Hemos planteado, en la medida de lo posible y cuando tengamos acceso pleno al presupuesto, afrontar una reorganización de éste para conferir un mayor margen de maniobra a los Centros.
