Y el techo se derrumbaba

Agujero en el techo de la sala de estudios

Hace apenas unas horas publicaba el Heraldo una de esas noticias que avergüenzan a la comunidad universitaria. De esas que, camufladas bajo un me-río-por-no-llorar, nos indignan, nos queman.

No hace ni 24 horas se ha vuelto a desprender un fragmento del falso techo de una sala de estudios del Pabellón de Filología. Un fragmento de yeso de unos 60cm de radio que ha cedido debido a las filtraciones de agua en el “recién reparado” tejado.

Como viene siendo habitual en las crónicas de desperfectos de la Facultad, se detalla la incidencia, la hora y el recuento de bajas, habitualmente nulo, como si la propia prensa se extrañara de que a estas alturas no haya habído heridxs.

Es una cuestión de seguridad, es una cuestión de urgencia. La reforma se encuentra aún en fase de análisis sin especificar su alcance, presupuesto y plazos mientras lxs estudiantes practican natación académica y espeleología curricular como nuevas actividades en el catálogo de deportes que ya ofertaba la Facultad.

Resulta casi sarcástico ver convivir la excelente calidad de una universidad que despunta la décima en el Ranking de Shanghay y entre las quintas en el U-Rank con la deplorable calidad de sus infraestructuras.

La postura que como colectivo EDU hemos defendido desde hace años en Claustro y en Consejo de Gobierno es bien clara: La reforma es prioritaria. La seguridad es un derecho no postergable y una responsabilidad de la Universidad.

 

La política es el arte de hacer posible lo necesario y justo

- Pedro Arrojo

[EDIT] Imágenes facilitadas por el Equipo de EDU de la Facultad de Filosofía y Letras

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