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El Campus de Huesca revisa el cine iraní del siglo XXI

(Huesca, 8 de abril de 2017) El nuevo cine iraní protagoniza el nuevo ciclo del Aula de Cine del Campus de Huesca, que se inicia este lunes, 11 de abril. Ocho películas, realizadas entre el año 2000 y el 2013, conforman la programación que se desarrollará los lunes y los miércoles hasta el 9 de mayo. Un tiempo para caballos borrachos, una película de Bahman Ghobadi sobre el contrabando y la lucha por la supervivencia de cuatro hermanos en las montañas del Kurdistán, ocupa la primera sesión. Le seguirán cintas firmadas por directores con proyección internacional como Jafar Panahi o Majid Majidi, y de otros menos conocidos fuera de su país. Drama, cine social, e incluso elementos de comedia aparecen en esta selección. La Facultad de Empresa y Gestión Pública acogerá todas las sesiones, que se iniciarán a las 19 horas.
 
El objetivo de esta iniciativa es ofrecer una aproximación a una cinematografía que se dio a conocer en Europa a finales del siglo XX y principios del actual ­­-a través de realizaciones de directores como Abbas Kiarostami, Mosen Makhmalbaf o, los citados Jafar Panahi, Bahman Ghobadi o Majid Majidi-, pero que casi ha desaparecido posteriormente de las salas. Y ello a pesar de que la producción del país ha aumentado desde entonces.
 
Una selección de películas que no han llegado al cine comercial en nuestro país, y que mayoritariamente tampoco han estado presentes en otros circuitos en Aragón, nos acercarán al cine contemporáneo de este país. Conocido por su vocación por el realismo, y con una amplia presencia del drama y el contenido social, y un particular ritmo narrativo, se desarrolla sin embargo, en unas condiciones de férreo control gubernamental, con directores condenados a no rodar e incluso con penas de cárcel o empujados al autoexilio, que han sabido, en ocasiones, resolver con imaginación estas limitaciones.
 
Abre las sesiones Un tiempo para caballos borrachos, una película del año 2000 de Bahman Ghobadi. Este realizador kurdo, más conocido por la titulada Las tortugas también vuelan (2004), nos acerca a la realidad del mundo rural, a diferencia de gran parte de los directores iraníes, centrados en ciudades de su país. Una de estas historias urbanas se proyecta el miércoles 13. Se trata de One More Day (Yek rouz bishtar), un filme de Babak Payami, realizado en ese mismo año, que narra la historia de amor, en difíciles condiciones, de una pareja en Teherán.
 
Kamal Tabrizi pone toques de comedia en Marmoulak (The Lizard, 2006), la película del día 18, en la que un ladrón, apodado  ‘Lagartija’ por su habilidad para trepar, consigue escapar de la cárcel haciéndose pasar por mullah. Y el miércoles 20 se ofrece Fireworks Wednesday (Chaharshanbe-soori, 2006), el tercer  filme de Asghar Farhadi, que se aproxima a a las vida conyugal de un matrimonio iraní, con la desigualdad que sufre la mujer como trasfondo.
 
Zemestan (Es invierno), prevista para el lunes 25, recibió entre otros premios, la Espiga de Plata en la Seminci de Valladolid, en 2006, el año de su realización. Esta película, del joven director Rafi Pitts, contó con actores mayoritariamente no profesionales para narrar una historia en que la emigración y el amor se entremezclan.The Song of Sparrows (Avaze gonjeshk-ha), realización de 2008 de Majid Majidi, director que ha recibido diversos premios internacionales, cerrará el día 27 las sesiones de abril.
 
Ya en mayo, los días 4 y 9, podrán verse dos películas de contenido político, rodadas en difíciles condiciones, por directores represaliados por el gobierno iraní. La primera de ellas Goodbye (Bé omid é dudar, 2011) de Mohammad Rasoulof, premiada en Cannes, narra la historia de una abogada que trata de salir del país, tras serle retirado el permiso para ejercer por razones políticas.Clausura el ciclo Closed Curtain (Pardé 2013,) de Jafar Panahi y Kambuzia Partovi. Panahi ha conseguido realizar además de este, otros dos largometrajes desde el confinamiento a que está sometido: This Is Not a Film y Taxi Téhéran, con el que obtuvo el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín de 2015.