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La biblioteca de la Escuela Politécnica de Huesca traslada sus experiencias a profesionales de nueve universidades

Bibliotecarios de este centro del Campus oscense de la Universidad de Zaragoza participaron en el encuentro del Grupo 9 de Universidades sobre buenas prácticas en atención a usuarios y gestión de espacios, en el que presentaron cuatro comunicaciones

Las adaptaciones realizadas en los últimos años por las bibliotecas de las facultades para acoger las nuevas necesidades planteadas por el Espacio Europeo de Educación Superior han estado entre las cuestiones abordadas

(Huesca, 13 de octubre de 2016) La biblioteca de la Escuela Politécnica Superior del Campus de Huesca ha trasladado sus experiencias sobre buenas prácticas en atención a usuarios y gestión de espacios bibliotecarios a profesionales de nueve universidades. Personal de este centro de la Universidad de Zaragoza participaba recientemente en un encuentro sobre esta materia del Grupo 9 de Universidades –que reúne a las 9 universidades públicas que son las únicas en sus respectivas comunidades autónomas– en el que presentaron cuatro iniciativas desarrolladas en sus instalaciones.
 
Compartir ideas, problemas y soluciones en relación al contacto del día a día con el usuario de las bibliotecas universitarias y a los espacios que utiliza era el objetivo de estas jornadas que,  con la presencia de 70 participantes de las universidades de Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura, Islas Baleares, Rioja, País Vaso y Zaragoza, se celebraron los días 29 y 30 de septiembre, en Jarandilla de la Vera (Cáceres).
 
Las expectativas de los estudiantes ante los servicios bibliotecarios, la reinvención de espacios con pocos recursos, los horarios especiales de apertura, la gestión del ruido, la atención a colectivos especiales, la atención remota por medios digitales o la aplicación de las normativas han sido algunas de las cuestiones que se abordaron en ese encuentro, que ha revisado también las adaptaciones realizadas en los últimos años para acoger las nuevas necesidades planteadas por el  Espacio Europeo de Educación Superior.
 
Por parte de la citada biblioteca del Campus de Huesca –y representando a la Biblioteca de la Universidad de Zaragoza, BUZ–  participaban Elena Escar, Rosa Serrano y Adriana Oliva, quienes presentaban una comunicación y 3 pósteres sobre experiencias de mejora puestas en marcha en ese centro. La información al usuario, la gestión del ruido, la incorporación de espacios para el desarrollo de nuevas competencias en el entorno bibliotecario, y  la relación del personal y los usuarios centraban estos trabajos.
 
‘Pregunta aquí’, una sección diferenciada de consultoría presencial y personalizada, creada en 2014 para cubrir el hueco existente entre la información puntual que se da en mostrador y la formación que reciben los usuarios a través del Plan de Formación, es una de estas iniciativas, que pretende llevar información planificada, también a espacios no bibliotecarios del campus universitario.
 
Identificar las verdaderas causas que provocan ruido en la biblioteca ha sido el objetivo de un proyecto colaborativo desarrollado, con profesores y alumnos del Grado en Ciencias Ambientales, por el personal bibliotecario de la Escuela Politécnica Superior. A la recogida de datos diarios de decibelios/segundo y la identificación de las causas le ha seguido, explica Elena Escar, bibliotecaria de la Escuela Politécnica Superior, el  diseño de campañas de sensibilización en las que se han implicado los propios alumnos.
 
Rediseñar espacios para permitir el desarrollo de nuevas competencias en las bibliotecas ha sido otra de las tareas desarrolladas, desde el curso 2010-2011 en este y otros centros de la Universidad de Zaragoza, con el  objetivo de adaptarse a las necesidades planteadas por el Espacio Europeo de Educación Superior.  Esto ha permitido incorporar el trabajo en grupo o iniciativas que requieren hablar en público al entorno bibliotecario. 
 
“En 5 años”,  explica Escar, “se ha pasado de un 6 a un 35% de puestos para trabajos en grupo”, incorporando  nuevos espacios para estas tareas; se han habilitado salas para ensayos de presentaciones orales  y se han creado espacios de relax para el descanso y la lectura relajada, con coste “casi 0” para el centro.
 
La identificación del personal como factor de calidad centraba la última experiencia presentada, en la que se explicaban diversas iniciativas imaginativas puestas en marcha para facilitar el reconocimiento por los usuarios de los técnicos de la biblioteca y para “romper barreras” entre unos y otros.
 
El encuentro acogió, paralelamente, una exposición fotográfica sobre las nuevas experiencias en las bibliotecas universitarias, que contó con aportaciones de distintos campus de la Universidad de Zaragoza.