Cristina Montañés ha realizado un estudio del edificio de oficinas de DKV en Madrid, que se construyó cuando no existía normativa sobre recursos energéticos y su proyecto busca conseguir el objetivo de Cero Emisiones
La Asociación de Empresas de Eficiencia Energética – A3e y la revista El Instalador han premiado este trabajo por su grado de innovación, el ahorro alcanzado, la rentabilidad de la inversión y la solvencia técnica del proyecto
(Zaragoza, martes, 23 de enero de 2017). Cristina Montañés, alumna del Grado en Estudios en Arquitectura y Máster Universitario en Arquitectura de la Universidad de Zaragoza, cree que la sociedad se encuentra en un panorama de crisis energética que, desde hace unas décadas, se ha evidenciado como peligrosamente insostenible. Es en este contexto en el que se hace necesario el estudio de los consumos de recursos energéticos que supone el sector arquitectónico en la actualidad.
Su Trabajo Fin de Grado, Rehabilitación energética del edificio de oficinas de los años 60. Caso de la Sede Corporativa DKV en Madrid, estudia el caso concreto del edificio perteneciente a DKV en Madrid. A través de la contextualización del edificio en la época en que se construyó (1960), se rehabilitó (1996) en la actualidad y del estudio de la normativa previa y actual, se buscan las vías adecuadas para paliar esta crisis energética, siempre supervisado por el Departamento de Mantenimiento e Inmuebles de DKV.
Para terminar, es muy necesario remarcar el papel del arquitecto como figura imprescindible en el camino de la arquitectura hacia la sostenibilidad y, como en este trabajo se expone, en la rehabilitación energética del edificio terciario hacia las Cero Emisiones.
El arquitecto tiene una visión global del edificio. Es capaz de entender el comportamiento energético (entendido como la suma de la envolvente e instalaciones que llevan a la confortabilidad del espacio) como una componente más que es necesario integrar a la hora de plantear un proyecto. Las instalaciones no sólo tienen que estar ahí para cumplir unas exigencias numéricas que establece la normativa, sino que tienen que formar parte del edificio y hacer que éste conforme un espacio agradable para el usuario sin que él las perciba como “elementos extraños”.