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La sequía propicia una temporada extrema de incendios en el suroeste de Europa

El 2022 puede marcar la "nueva normalidad" por el cambio climático, según una investigación de las universidades de Zaragoza y de LLeida

La superficie quemada en este verano anómalo triplica la media registrada en lo que va del siglo XXI

Es el segundo peor verano en cuanto a hectáreas quemadas desde el año 1994

(Zaragoza/Lleida, jueves, 24 de noviembre de 2022). La temporada extrema de incendios forestales registrada este año en el suroeste de Europa podría ser la "nueva normalidad" en los próximos años como consecuencia del cambio climático.Así se desprende de la investigación  liderada por el investigador Marcos Rodrigues, del grupo GEOFOREST-IUCA, del Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de Zaragoza, que acaba de publicar la revista Science of the Total Environment.  Este trabajo ha analizado la temporada de incendios en España, Portugal y el sur de Francia a lo largo de este verano del 2022 al mismo tiempo que introduce una comparativa con las dos primeras décadas del siglo XXI.
 
“La superficie quemada en este verano anómalo del 2022 triplica la media registrada en lo que va del siglo XXI –señala el geógrafo Marcos Rodrigues- y se ha convertido en el segundo peor verano en cuanto a hectáreas quemadas desde el año 1994”.  
 
El artículo atribuye a la sequía propiciada por el calentamiento global el récord de superficie quemada en algunas regiones, puesto que “transforma nuestros bosques en polvorines altamente inflamables, debido a las grandes acumulaciones de biomasa", apunta el investigador de la Universitat de Lleida (UdL) Víctor Resco de Dios, que ha coliderado el trabajo, en el que también han colaborado investigadores de la UNED, la Universidade de Trás-hueso-Montes e Alto Douro (Portugal), la Unité de Recherche des Forets Méditerranéennes (Francia), la asociación Amigos del Monfragüe (Cáceres) y el Centro Integrado de FP de Almázcara (León).
 
Los análisis señalan que la temporada de incendios en España, Portugal y el sur de Francia en el 2022 se ha adelantado respecto a otros años, con grandes incendios superiores a las 500 hectáreas entre los meses de junio y julio, coincidiendo con la irrupción encadenada de varias olas de calor. Estos incendios no eran habituales hasta agosto.  Y la superficie quemada, 469.464 hectáreas hasta el 28 de septiembre, casi multiplica por tres la media de 2001-2021.
 
Los expertos asocian esta temporada de incendios "anómala", con un inicio precoz y una extensión extraordinaria, a valores récord de aridez del combustible, por debajo de los mínimos históricos durante casi el 50% de la temporada en algunas regiones; las condiciones piro-meteorológicas o de peligro, como la humedad atmosférica o el viento; y la demanda de agua atmosférica o déficit de presión de vapor (VPD en inglés). Entre otras herramientas, han utilizado un sistema de teledetección desarrollado recientemente basado en imágenes MODIS.
 
La investigación afirma que los acontecimientos meteorológicos extremos de este verano se encuentran dentro de la tendencia esperada según las proyecciones de calentamiento climático e incluso pueden amplificarse en las próximas décadas, pudiendo llegar a ser el promedio en 2035. "A medida que el cambio climático se intensifica, podemos esperar que estas temporadas de incendios se conviertan en la nueva normalidad en grandes partes del continente, provocando grandes impactos negativos a las economías rurales", coinciden los geógrafos Rodrigues y Resco.

Aproximadamente la mitad, un 47%, se encuentra en zonas protegidas. "Hemos visto cómo ha quemado por encima de los registros históricos a zonas como el noroeste de España, las zonas interiores y también en Las Landas francesas", apuntan. Un aspecto interesante que destacan los investigadores es que los espacios protegidos han salido perjudicados, seguramente por ausencia de gestión preventiva al considerarlo negativo por la biodiversidad. Los resultados ponen de manifiesto la necesidad de una gestión del combustible también en los espacios protegidos para evitar la propagación sin interrupción de los incendios, algo que se tendría que abordar explícitamente dentro de la legislación europea, insisten.
 
Se adjuntan imágenes:
El investigador Marcos Rodrigues de la Universidad de Zaragoza.
Parque Nacional de Mofragüe de este año (14-15/julio). Autor: Francisco Castañares.
 
 
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