La revolución democrática árabe es considerada la primera gran oleada de protestas laica y democrática del mundo árabe en el siglo XXI.
Las críticas, de índole social, son una respuesta ante la falta de libertades, la alta militarización de los países y la falta de infraestructuras en lugares donde todo el beneficio de economías crecientes va a parar a manos de unos pocos corruptos autoritarios. El papel de la globalización, de la mano de Internet, ha sido muy importante puesto que ha ayudado a difundir las ideas de Occidente a través de, entre otros medios, las redes sociales.
Además, hay que tener en cuenta que la mayoría de los manifestantes son jóvenes, cuya principal diferencia con sus generaciones predecesoras es que cuentan con estudios, muchas veces superiores y universitarios. Las mujeres, que antes prácticamente eran invisibles, también han tenido un papel destacado en esta revolución, saliendo a la calle a protestar y reivindicando que se respeten sus derechos.
Aquí, en occidente, vemos desde hace muchos meses como jóvenes como nosotr@s salen a la calle a luchar por unos derechos esenciales para cualquier ser humano. Pero lo miramos desde la lejanía, desde la tranquilidad que nos da el sofá de casa, sin ser conscientes de que muchos de nuestros abuelos tuvieron que luchar hace cuatro días por una causa muy parecida. Lo menos que podemos hacer es ser conscientes de la libertad que hemos heredado, valorar la lucha de los árabes por la suya propia y soñar con que la próxima generación no tenga que defender nunca más nuestros derechos esenciales.
R. Lafuente
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