La semana pasada, un grupo de ciento cincuenta estudiantes se reunió en la Casa del Estudiante (valga la redundancia) para celebrar un reencuentro. Esa cena fue la cena de inicio de curso del Movimiento Juvenil Aragonés Laico y Progresista, y el reencuentro fue un gran momento de reunión y experiencia de las asociaciones.
En efecto, este año el Movimiento Laico y Progresista de Aragón cumple 16 años. Años muy duros, pero en los que hemos sabido salir adelante, tanto en los centros de secundaria como en la universidad.
De aquí, tomamos energías para un año de reivindicaciones, de protestas, de batallas por nuestros derechos… Porque detrás de las asociaciones siempre estamos personas, y las personas cambiamos el mundo.