Heraldo de Aragón: “Un vicedecano denuncia que hay alumnos que copian con «aparente impunidad»”

Un vicedecano de la Facultad de Filosofía y Letras ha enviado una carta a los directores de departamento de su centro para transmitirles que, en los últimos días, varios alumnos han denunciado que hay un grupo de estudiantes que copia en algunos exámenes «de manera relativamente regular» y «con aparente impunidad». En la misiva pide que se arbitren las medidas necesarias para reforzar la vigilancia durante las pruebas de evaluación con el fin de evitar este tipo de fraude.

La carta, fechada el 13 de junio, la envió José Luis Mendívil, vicedecano de Profesorado e Innovación Docente de la Facultad de Filosofía y Letras, tras conocer las protestas de algunos delegados de curso que acudieron a él para pedirle amparo. Estos jóvenes argumentaban -según se lee en el documento al que ha tenido acceso este periódico- que el hecho de que haya estudiantes que copien implica, «además de un posible falseamiento de las calificaciones», «un grave perjuicio y menoscabo de sus derechos a aquellos que se abstienen de hacerlo».

El autor de la carta la envió en calidad de presidente de la comisión de docencia y ayer matizó que no tiene constancia de que se haya incrementado el número de alumnos que hacen trampas en las evaluaciones, ni se trata de un asunto generalizado. «Es una denuncia que hicieron unos valientes ante un hecho que les perjudicaba», comentó. Este añadió que hay que entender que los estudiantes cada vez son más competitivos y que, en determinados casos, se juegan las becas por unas décimas. «No es lo mismo obtener un notable que un sobresaliente. Es entendible que no quieran que les arrebaten las buenas notas los que copian», añadió.

La representante de Estudiantes en Defensa de la Universidad (EDU), Marta Mira, apuntó ayer que desconocía estos hechos y aseguró que no tiene constancia de que en la comisión de docencia -de la que es miembro- se haya tratado este asunto. Del mismo modo se manifestó el delegado de centro. No obstante, el presidente del Consejo de Estudiantes de la Universidad y también miembro de EDU insistió ayer en que, aunque no conocen esta denuncia en concreto, su posición está siempre en contra de los que hacen trampa. «Cada uno debe obtener la nota que se merece y que ha conseguido con su esfuerzo, no copiando», señaló.

La respuesta está en el móvil
El vicedecano explicó que no tiene información detallada de los casos denunciados, pero señaló que los métodos utilizados para copiar van desde las tradicionales chuletas al uso de los ‘smartphones’(teléfonos inteligentes). Con estos, los alumnos pueden cargar páginas de texto o consultar internet. «Muchos profesores obligan a dejar estos aparatos y las carpetas a un lado. Pero hay otros que permiten tenerlos en la mesa para que los jóvenes puedan mirar la hora», contó. Mendívil añadió que simplemente ha hecho una llamada de atención para que se vigile más o haya más profesores en el aula durante los exámenes.

El vicedecano envió la carta a los directores de departamento que son los responsables de la supervisión durante el desarrollo de las pruebas, según dice el nuevo reglamento de evaluación de la Universidad de Zaragoza.

Gracias a esta normativa, que se ha estrenado este curso, los alumnos que sean sorprendidos copiando de un compañero, mirando una chuleta o utilizando algún aparato para conocer las respuestas de un examen pueden ser expulsados inmediatamente de clase y suspenden la convocatoria. Los docentes pueden actuar así incluso cuando vean que dos alumnos hablan entre sí sobre algún tema relacionado con la prueba.

El documento da a los profesores un respaldo normativo para actuar ante los actos de plagio que atenten contra la legalidad o mérito individual y les obligará a levantar un acta acompañada de las pruebas pertinentes de todos los casos que se encuentren.

Hasta este curso, los docentes de la Universidad de Zaragoza carecían de un protocolo para estas situaciones y cada centro aplicaba como podía el régimen disciplinario general.

Se mantiene el proceso actual en el supuesto en el que un alumno copie y el caso no se resuelva ni con el profesor ni en la comisión de docencia del centro. Entonces será la facultad en cuestión quien lo remita al Rectorado. Este nombrará a un juez instructor y abrirá un expediente informativo y, si lo considera necesario, otro sancionador.

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