1- ¿Qué dimensión tiene actualmente y cuál cree que es la principal causa del fracaso académico? ¿Cómo piensa abordar este problema?
Reducir el fracaso académico es uno de los objetivos de nuestra candidatura. Las cifras que se manejan hablan de un 30% si bien, corregido el dato por los traslados y cambios de estudio, nos podemos situar en el entorno del 20%. Cifra todavía demasiado alta. Las razones de esta situación son complejas y no únicas por lo que es preciso abordarlo con diferentes acciones que corrijan las carencias de conocimientos, elección no adecuada, conexión y proximidad con profesores … Nuestra universidad ha obtenido del ministerio, en régimen competitivo, una ayuda de casi 50.000 € para implementar un programa, en colaboración con el ICE, que permita reducir este fracaso. Estas acciones y los cambios metodológicos en las diferentes asignaturas son un objetivo fundamental para la próxima legislatura.
2- ¿Estaría dispuesto a revisar la normativa de permanencia de la Universidad de Zaragoza? En caso afirmativo, ¿en qué dirección se trabajaría y cuales serían sus propuestas?
Sin duda que hay aspectos que pueden ser manifiestamente mejorables. Y de hecho, una de las cuestiones que se esta debatiendo en el seno de la Comisión de Permanencia es la de diferenciar y exigir diferentes requisitos a los estudiantes de master. Pero además, hay que dejar claro que la normativa de permanencia no es un documento rígido y cerrado. Ni se concibió así, ni se esta aplicando de esa forma. Precisamente por ello se creo la Comisión de Permanencia, órgano que ha tenido una importante actividad (con presencia del colectivo de estudiantes) y que ha adoptado decisiones de interpretación de la norma, que ha hecho publicas en la web y que pretende comunicarlas al Consejo Social para que se incluyan en la necesaria revisión de la norma. Ejemplo de estas aplicaciones son lo relativo al computo de la docencia práctica, situaciones derivadas de movilidad internacional, etc.
3- ¿Estaría dispuesto a revisar la normativa de evaluación de la Universidad de Zaragoza? En tal caso, y como en la pregunta anterior, ¿cuales son sus propuestas, qué elementos merecerían una revisión, y a qué nivel de profundidad?
La normativa de evaluación que se aprobó a finales del 2010 es un hito en los derechos y garantías de los estudiantes. Partíamos de una regulación obsoleta, imprecisa, confusa y difícilmente aplicable con suficientes garantías, que además no recogía las nuevas circunstancias de la adaptación al EEES. La norma persigue el objetivo de coordinar los sistemas de evaluación dentro d las mismas materias aunque sean varios los profesores que las impartan y establecer garantías para estudiantes y profesores ante procesos de reclamación.No tiene ningún sentido una revisión a la baja, como se esta proponiendo por un sector del profesorado, y si hay que modificar algo esto debe ser para aclarar algunas cuestiones muy concretas que puedan inducir a interpretaciones imprecisas. En ese sentido, desde le vicerrectorado que es quien tiene las competencias para aclarar aquello que es preciso, ya se están publicitando la “jurisprudencia” correspondiente.
4- Ahora podemos conocer la tasa de éxito y rendimiento de cada una de las asignaturas de los nuevos grados: ¿apoyaría en nombre de la transparencia y la mejora docente desglosar la información disponible, haciendo posible conocer las tasas de éxito y rendimiento según cada grupo docente y, por lo tanto, según el profesor que la imparta? ¿Cree que es necesario algún tipo de medida para acabar con el fenómeno de asignaturas con una tasa de rendimiento inferior del 30% (por ejemplo: no cobrar segundas matrículas, revisar los contenidos y materiales, inspeccionar al profesorado)?
Todo lo que sea mejorar la transparencia será bienvenido. Y esta previsto no solo lo que ahora se esta publicando, que es un mérito del actual equipo rectoral, sino que también se van a desglosar por grupos docentes y, en lo posible, por diferentes convocatorias, no solo la agrupación anual.
En lo que se pregunta sobre las mediadas a adoptar ante asignaturas con tasas de rendimiento bajas, la normativa de evaluación del aprendizaje antes citada ya prevé la “obligación” de analizar las causas que han motivado este fracaso académico e iniciar las actuaciones que correspondan para su corrección.
5- ¿Revisaría las encuestas de evaluación del profesorado, tanto en su contenido, como en la ponderación, como en su relevancia final (por ejemplo: revisión de la escala 1-5 que ha sido acusada de distorsionar la medición de la opinión de los estudiantes, o revisión del proceso posterior dado el relativamente bajo número de sanciones que se adoptan cada año)?
Son tres las cuestiones que se plantean . En primer lugar la escala de 1 a 5 es la que se esta utilizando a nivel internacional en este tipo de evaluaciones y no plantea problemas de escoramiento en sus resultados. En segundo lugar, si que es cierto que los contenidos de la actual encuesta son muy heterogéneos y responden a cuestiones muy dispersa por lo que tratar de sacar una valoración del conjunto de la encuesta carece de rigor. Por esta razón, desde los responsables de calidad se ha elaborado una nueva encuesta que corrige esta desviación. Encuesta que se esta negociando con todos los agentes universitarios dadas las consecuencia que conllevan sus resultados, y que sería operativa el próximo curso. Y aquí es donde esta la tercera de las cuestiones, esto es, que lo que resulte de la encuesta y posterior valoración por la comisión de calidad de la titulación, dé lugar a acciones que resuelvan el problema detectado. Esto es, conseguir dar credibilidad a todo el proceso de evaluación.
Nota importante: Hemos trabajado en todo momento en colaboración con los equipos de ambos candidatos, con el fin de proporcionar a los estudiantes la mayor información posible a la hora de decidir su voto. Aunque las respuestas pueden no ser citas personales de ambos candidatos, entendemos que son respuestas autorizadas por los equipos de ambos candidatos.